Últimamente nos llegan con relativa frecuencia noticias de clubes deportivos, de fútbol sobre todo, que tienen graves problemas para cumplir sus obligaciones de pago de salarios. Esto supone un serio contratiempo para el club por diversos motivos pero, principalmente, porque puede llevarle al descenso administrativo.
Sin embargo, los verdaderamente perjudicados por esta situación son tanto los jugadores como el personal de administración del club, quienes ven como mes tras mes el club se demora en el abono de las nóminas o, incluso, acumula varias mensualidades de impago.
Ante esta situación, las opciones que tiene el personal son, por un lado, reclamar el pago de las cantidades adeudadas y, por otro, solicitar, además de los salarios impagados, la resolución del contrato de trabajo y el cobro de una indemnización equivalente a la del despido improcedente. No obstante, cualquiera de estas dos vías supone iniciar un procedimiento judicial que tardará meses en resolverse y, en muchos casos, será complicado hacer efectivo el cobro dada la situación económica del club.
Los jugadores de fútbol, en cambio, cuentan con la posibilidad de iniciar otros procedimientos que tienen la misma finalidad pero son más ágiles. Y es que en el Convenio Colectivo de Fútbol Profesional prevé la garantía por parte de la Liga Nacional de Fútbol Profesional de las deudas que los clubes mantengan con sus futbolistas a través de un Fondo de Garantía Salarial constituido a estos efectos, y que se hace cargo de las deudas salariales siempre que se den determinados requisitos y se siga un procedimiento especial contemplado en el convenio.
Los futbolistas también pueden solicitar la resolución de su contrato en caso de impago a través de un procedimiento abreviado tramitado al margen de la jurisdicción social y que resuelve la propia comisión paritaria del convenio colectivo.
Cualquiera que sea la vía que se siga por parte de los trabajadores y/o jugadores, lo cierto es que las consecuencias para el club van mucho más allá de la condena al pago de una determinada cantidad pues, entre otros, se le suspende en sus derechos a los servicios administrativos de la LNFP o se le limita la contratación de nuevos jugadores, lo que no hace sino incrementar la maltrecha situación que ya tenga el club.