La Circular número 24 emitida el pasado día 29 de junio por la RFEF sobre la comercialización de los derechos audiovisuales en las competiciones organizadas por ella puede abrir una nueva “guerra” televisiva en el fútbol modesto. En la misma, la RFEF informa a los clubes de las competiciones de ámbito estatal y carácter no profesionales, Segunda División B y Tercera División, que se encuentra en la actualidad analizando la posibilidad de llevar a cabo, en su caso, la negociación conjunta de tales derechos sin níngun tipo de limitación en aras a mejorar las condiciones económicas de los equipos que integran esas categorías –algo que en el fútbol profesional sólo pudo conseguirse por imposición legal-.
Lo controvertido de la circular es que la RFEF, en base a la titularidad exclusiva que se irroga de los derechos para la explotación comercial de las competiciones que organiza, advierte y, de forma velada, amenaza a los clubes a fin de que se abstengan de negociar, suscribir, o ejecutar cualquier tipo de acuerdo con las plataformas televisivas que pueda incidir o influir sobre tales derechos, so pena de incurrir en responsabilidades disciplinarias y/o patrimoniales por el incumplimiento de ordenes, instrucciones, acuerdos u obligaciones reglamentarios que dicten los órganos federativos competentes. Hasta la fecha, los clubes tenían total libertad para comercializar sus derechos con cualquier operadora, viendo ahora restrigindos los mismos por esta norma federativa. La clave pasa por determinar si dichos derechos son de titularidd exclusiva federativa o si los clubes, cuando actúan como locales, ostentan parte de los mismos como organizadores del encuentro