Hace un par de semanas, en este mismo espacio, despedíamos el verano futbolístico hablando de las diferentes consecuencias jurídicas de los distintos acontecimientos ocurridos en el mismo. Entre estos destacábamos el “culebrón Neymar” y los efectos que el fichaje del jugador podría tener por el posible incumplimiento del PSG de la normativa UEFA sobre Fair Play Financiero. Pues bien, dichos efectos empiezan a materializarse dado que la UEFA ha decidido abrir una investigación formal, puesta en marcha por la Cámara de Investigación del órgano de Control Financiero de Clubes, al club parisino ante su reciente actividad de transferencia de jugadores.
La normativa sobre Fair Play Financiero creada por UEFA persigue conseguir que los clubes que participen en sus competiciones tengan un punto de equilibrio entre sus ingresos y sus gastos, con el propósito de que dichos clubes sean financieramente sostenibles. El objetivo principal de esta normativa es introducir una mayor disciplina y racionalidad en las finanzas de los clubes de fútbol para asegurar la viabilidad del fútbol europeo a largo plazo. La normativa establece unos limites cuantitativos de gastos que no podrán superar en un determinado importe a los ingresos del club, salvo que se hagan aportaciones directas de los propietarios para cubrir dicho déficit. Las consecuencias del incumplimiento son variadas y se suelen imponer de forma progresiva por el Comité de Control Financiero. Las mismas van desde la sanción más breve que es la advertencia, hasta la más grave que podría conllevar la descalificación de la competición y la retirada de títulos.