El conflicto entre FIBA e EUROLIGA, competición privada creada por los clubes más prestigiosos del continente, ha provocado ya un daño importante en nuestra selección nacional de baloncesto y en sus mejores jugadores. El seleccionador anunció ayer la convocatoria para los partidos clasificatorios para el Mundial de China en la que no ha incluido a jugadores de clubes de la EUROLIGA ni de la NBA.
El origen del conflicto se centra en la coincidencia temporal de los partidos clasificatorios para el Mundial con la novena jornada de la EUROLIGA, la cual anunció que no pararía su competición para que se disputen los partidos de las selecciones nacionales. Siendo esta la situación, el seleccionador nacional se ha encontrado con un gran dilema a la hora de confeccionar la convocatoria para los citados partidos clasificatorios: ¿convocar o no a los jugadores que militan en clubes miembros de la EUROLIGA? La cuestión no es baladí, puesto que si lo hacía dichos jugadores se encontraban obligados a asistir. Y es que, su ausencia se consideraría, en todo caso, un incumplimiento legal, de conformidad con el artículo 75 de la Ley del Deporte, que tipifica como infracción muy grave “la falta de asistencia no justificada a las convocatorias de las selecciones nacionales deportivas”, conllevando dicha infracción una sanción que puede ir desde las multas económicas hasta la inhabilitación.
Ante esta situación, y no queriendo dejar “la patata caliente” a los jugadores de tener que decidir entre sus clubes y la selección, se ha optado por una solución política al conflicto en detrimento de una deportiva, mermándose claramente con ello el nivel de la selección