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Este pasado 24 de abril el Parlamento Europeo ha aprobado la propuesta de Directiva sobre diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad, o “CS3D”.
La CS3D, de aplicación directa a grandes empresas e indirecta para aquellas que integren la cadena de valor, prevé obligaciones concretas para paliar los efectos adversos, reales o potenciales, sobre los derechos humanos y el medioambiente de sus propias operaciones así como de las de sus filiales y empresas de la respectiva “cadena de actividades”. Esto se traduce en la obligación de elaborar una política de diligencia debida que identifique riesgos, integre mecanismos para prevenir, mitigar y eliminar los efectos adversos sobre el medioambiente y los derechos humanos, y garantice el acceso a canales de denuncia internos.
Una vez que el Consejo Europeo la apruebe, se publique en el DOUE y entre en vigor 20 días después, los Estados miembro tendrán un plazo de dos años para transponerla, escalonándose su aplicación durante 3, 4 y 5 años según la dimensión de las empresas.
La CS3D complementa otras normas -aprobados o en tramitación-, como el Reglamento sobre la deforestación, la propuesta de Directiva sobre alegaciones medioambientales (para evitar el “greenwashing”) y la propuesta de Reglamento sobre el diseño ecológico.