El momento de bonanza económica que está viviendo el fútbol profesional en España está haciendo decrecer la deuda frente al erario público. La deuda de los clubes con la Agencia Tributaria se redujo en 132 millones durante 2015, para quedarse en 288 millones, según el Informe Económico presentado este miércoles por la Liga y el CSD.
La reducción entre 2012 y 2015 alcanza el 55 por ciento y se prevé que en 2020 el déficit alcance solamente 50 millones. El nuevo panorama audiovisual ayuda a mejorar la pésima situación económica de nuestro deporte rey, pero la gran culpable de la reversión de la situación es la LFP y su severísimo plan de control económico, que busca asegurar la viabilidad financiera de los clubes.
Frente a la deplorable gestión económica que imperaba hasta hace escasos años, la máxima vigente en la actualidad es la “ecuación de equilibrio presupuestario”. La regla es sencilla: los clubes sólo están autorizados a gastar lo que vayan a ingresar, en base a un presupuesto presentado a la LFP meses antes del comienzo de cada temporada.
A partir del próximo año, el plan de saneamiento incluye una novedad: la Liga publicará una clasificación de solvencia y de puntuación económica de los clubes. Tratándose de un sector de tal relevancia social, todo ejercicio de transparencia es positivo.
Enfrentarse a los gestores del deporte rey no ha sido sencillo, pero la puesta al día con Hacienda era inaplazable. Tras años de desmanes financiados con los impuestos de todos los contribuyentes, y permitidos por los propios poderes públicos, no cabía echar más balones fuera. El consejero delegado del Español resumía la tarea a realizar: pasar de ser un club de fútbol, que prioriza gastar para luego intentar ganar, a ser una empresa de fútbol, que busca generar ingresos para plasmarlos en el césped.
El esfuerzo de la LFP es encomiable y su recompensa, que está llegando, es a repartir entre todos los españoles.
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