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Ayer, 30 de julio, entró en vigor la Directiva (UE) 2024/1799 del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre normas comunes para promover la reparación de los bienes adquiridos por los consumidores.
La directiva pretende reforzar la protección de los consumidores a través de un mejor servicio y unas mayores transparencia e información, así como fomentar la economía circular, la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
La directiva establece para los fabricantes obligaciones generales sobre bienes adquiridos por consumidores si se produce o manifiesta un defecto (plasmadas en el “formulario europeo de información sobre la reparación”) y, además, obligaciones reforzadas con “requisitos de reparabilidad” para determinados productos (lavadoras y lavavajillas domésticos, aparatos de refrigeración, pantallas electrónicas, teléfonos móviles, etc.). Los fabricantes obligados son tanto los europeos como los establecidos fuera de la Unión.
La reparación, cuando sea posible y se cumplan las condiciones, será gratuita o a un precio razonable; ejecutada en un plazo adecuado; se podrá prestar un bien de sustitución; y, si la reparación es imposible, el fabricante podrá ofrecer un “bien reacondicionado”.
Los Estados miembros tendrán que transponer esta directiva antes del 1 de agosto de 2026.