La presencia de la tecnología e internet en todos los ámbitos de nuestras vidas es cada vez mayor y más relevante y el deporte no podía ser una excepción. En los últimos años los e-Sports se han consolidado como una gran industria que cuenta con millones de fans a lo largo de todo el mundo. Hasta tal punto es así, que según un reciente estudio elaborado por Newzoo los e-Sports moverán durante 2017 696 millones de dólares, con un crecimiento del 41,3% respecto del año anterior. Se organizan ligas y competiciones a nivel mundial que llenan estadios y tienen en sus finales audiencias de más de 36 millones de espectadores –final del mundial de League of Legends.
Esta realidad está empezando ya a llamar la atención en nuestro país de los poderes públicos, al objeto de crear un marco jurídico que regule la misma y que la defina o no como deporte, con las consecuencias jurídicas que ello conlleva a todos los efectos. En este sentido, ha sido la Comunidad Autónomo de Canarias la primera que, en su anteproyecto de Ley del Deporte actualmente en tramitación, reconoce como deporte esta actividad. Así, y en palabras del Presidente Canario, la regulación de los e-Sports en la nueva norma dotará de un marco de seguridad jurídica a una disciplina que debe ser considerada y regulada como el resto de competiciones tradicionales deportivas. Esto implica, entre otras muchas cosas, la creación de una federación deportiva, el derecho a percibir subvenciones, el sometimiento a una disciplina deportiva, el ejercicio de funciones públicas delegadas. En fin, parece que una nueva modalidad deportiva se abre camino y lo hace con mucha fuerza.